Esta sección destaca trabajos seleccionados en producción musical, elegidos para reflejar tanto la amplitud como la capacidad de adaptación. Los ejemplos abarcan desde bandas sonoras ligeras para proyectos infantiles hasta producciones densas y estratificadas en melodic death metal, con espacio para muchos estilos intermedios.
El objetivo no es mostrar un sonido fijo, sino demostrar versatilidad: la habilidad de adaptar tono, peso y textura a la identidad de cada proyecto.
Tengo una fascinación inagotable por la música pesada: riffs, groovy breakdowns y ese tipo de sonido que parece capaz de derribar muros. Mi objetivo es crear mezclas compactas y pulidas, que aun así conserven un sentido de crudeza. Aspiro a una música que golpee con fuerza, pero que también transmita emoción y atmósfera. El rock y el metal no son solo géneros para mí: son lenguajes que llevo hablando desde hace años.
Componer para videojuegos es un arte en sí mismo. Una banda sonora debe contribuir a definir el mundo: sus culturas, su historia, su ritmo. Abordo la composición a través de la imaginación y la atmósfera, preguntándome cómo sonaría un lugar si estuvieras de pie en su interior. Los temas y motivos evolucionan con el recorrido del jugador, mientras que las texturas se desplazan sin interrupción entre la acción, la exploración y el descubrimiento. El objetivo es sencillo: escribir música que no solo permanezca en el trasfondo del juego, sino que acompañe la experiencia junto a sus imágenes y sistemas.
Ready to light the first playable spark? Send me your idea and let’s run a mini-workshop to lock fantasy, pillars, and the first prototype. I craft player-first game experiences. From lore to core systems, I shape coherent, purposeful loops—fun to play and clear to build. Deliverables include crisp documentation plus prototypes/vertical slices ready for community and funding showcases.
